Nuestro agradecimiento a Edelvives Argentina

Alcántara, Ricardo. (2015). Tomás y la moneda mágica. Ilustraciones de Gusti. –Buenos Aires : Edelvives. (Ala delta, serie roja)

Ávila, Laura. (2015). Moreno. –Buenos Aires : Edelvives. (Alandar).

Gattari, Florencia. (2015). Historia de un pulóver azul. Ilustraciones de Marina Zanollo. –Buenos Aires : Edelvives. (Ala delta, serie roja).

Gimenez, Eduardo Abel. (2015). Cuentos de otros mundos. Ilustraciones de Gerardo Baró. –Buenos Aires : Edelvives. (Ala delta, serie azul).

Gómez Cerdá, Alfredo. (2015). Andrea y el cuarto Rey Mago. Ilustraciones de Xan López Domínguez. –Buenos Aires : Edelvives. (Ala delta, serie roja).

Grubissich, Jorge. (2015). Los conjurados del Querandí. Ilustraciones de Matías Lapegüe. –Buenos Aires : Edelvives. (Ala delta, serie verde).

Méndez, Mario. (2015). El gato fugado y otros casos de Pablo. Ilustraciones de Lucía Miranda. –Buenos Aires : Edelvives. (Ala delta, serie roja).

Olguín, Sergio. (2015). Boris y las mascotas mutantes. Ilustraciones de Flavia Gargiulo Rosa. –Buenos Aires : Edelvives. (Ala delta, serie verde)

Pez, Alberto y Cubillas, Roberto. (2015). Liebre y León. –Buenos Aires : Edelvives. (Peque letra).

Pogorelsky, Melina. (2015). El concurso de historietas : los Súper Minis 2. Ilustraciones de Ana Sanfelippo. –Buenos Aires : Edelvives. (Ala delta, serie roja).

Schuff, Nicolás y Picyk, Pablo. Los equilibristas. (2015) –Buenos Aires : Edelvives. (Álbumes).

Siemens, Sandra. (2015). La linternita mágica. Ilustraciones de Adolfo Serra. –Buenos Aires : Edelvives. (Ala delta, serie azul).

Vaccarini, Franco. (2015). Cazadores. –Buenos Aires : Edelvives. (Alandar).

¡Gracias al equipo de Edelvives Argentina por enviarnos sus novedades!

Reseña de «La plaza del piolín», de Laura Devetach – Alfaguara

Para que el ovillo no pare de girar

Reseña de «La plaza del piolín»

Laura Devetach

Ilustrado por Nancy Fiorini

Alfaguara

2ed.

2005

ISBN 987 04 0134 2

 

Para Laura Devetach, la vida está pegada al relato y «las palabras están escritas con la tinta de la vida». Para ella «el arte y la literatura funcionan como otro torrente de sangre» [i]. La plaza del piolín trata justamente de esto: vida y literatura, literatura y vida.

La narradora nos presenta a Celina, una niña que tiene en su bolsillo y ovilladas las calles y la plaza de su pueblo y también se presenta ella, una escritora que “tiene un libro atravesado en la garganta”. Será la mirada profunda de la niña, plena de la sabiduría de quienes pueden mirar la vida desde otro lugar, la que le haga comprender que cualquier punta del ovillo –conformado por hilos, lanitas, piolines, retazos de recuerdos, personas amadas, canciones de infancia tejidos al abrigo de la memoria- puede ser buena para la creación de un relato. Este encuentro entre ambas dispara en la escritora sus propios recuerdos y el deseo de compartirlos con Celina, iniciando un vínculo afectivo y solidario que se irá consolidando y extendiendo a los otros personajes a medida que aparecen en este relato que se construye con procedimientos metaficcionales e intertextualidades  y en el que se revela toda la poética de Laura Devetach, su compromiso y su visión del mundo.

La plaza del piolín se despliega entonces en un caleidoscopio creativo de historias escritas y unidas entre sí por esos hilos y piolines que la van desovillando poco a poco, vivencia a vivencia y que dan cuenta de  la concepción del espacio poético y del “estar en poesía” sostenidos por la autora.

“Ahora veo los limones puestos en rombos, con los zapallos negros, en las verdulerías, y al mismo tiempo escucho el traqueteo del carro y el caballo de Pepi Geromé. Aparecían por la calle de tierra, zarandeando naranjas, morrones, mientras Pepi, con aires de actor decía:

– Siñora, siñorine, non dejen escapare a Pepi, que les trae il sole.”

Su posición sobre la cuestión de género que valoriza y destaca el empoderamiento de la mujer y de la niña se visualiza particularmente en la historia de los Pereyra cuando Eusebio, padre de Celina y Blanquita, se opone a que esta última comience la escuela. Celina y Amanda, su mamá, se enfrentan a él y Blanquita expresa su decisión de ir al colegio al irrumpir en medio de la pelea con un libro y leer algunas palabras. Se genera entonces un momento de desconcierto y profunda tensión.

– ¡Para qué va a ir si ya sabe! Si después pasa algo, de ustedes va a ser la culpa! ¡Callejear, eso quieren!

Pero Amanda no cede y es quien pone fin al asunto:

-¡Abrite la cabeza o perdiste, Eusebio! Lo que va a pasar aquí es que todas vamos a saber leer menos vos, eso va a pasar.”

En ese caleidoscopio de relatos hilados entre sí también se cuenta la historia de Pirulo, otro niño que vive en el edificio y que se acerca a la escritora no sólo para ayudarla en algunos quehaceres sino para confiarle una preocupación: no le gusta leer versos porque en la escuela le hicieron copiar y estudiar un poema de Olegario Andrade. Es magistral la forma en que Laura Devetach plantea su crítica a este modo escolar de acabar con cualquier deseo de leer poesía por parte de los niños y cómo el disfrute de su lectura, el vínculo con la palabra poética nace desde la propia mirada de niño, del juego,  del asombro, del extrañamiento de lo cotidiano, del uso de la metáfora. 

-Vamos, Pirulo, dale que toda esta cocina era un volcán. Lenguas de fuego azules y rojas hacen temblar la montaña.

-¡Necesitamos el agujero, el ojo del volcán! – dijo Pirulo tratando de hacer un círculo con las manos alrededor de la hornalla.

Laura Devetach escribió su texto en 1993. La primera publicación de Alfaguara es del año 2001 y en 2005 se publicó una edición corregida y aumentada. La plaza del piolín pone al descubierto las circunstancias político-sociales padecidas en la década del 90 que llevó a la terrible crisis de 2001 cuya consecuencia fue que un altísimo porcentaje de la población quedara fuera del sistema y en condiciones de extrema vulnerabilidad a la vez que la resistencia se organizaba creando lazos de solidaridad y cooperación mutua entre vecinos. La historia de Sandalio, el guardián de la plaza y su perro Refucilo, la referencia a las patitas de gorrión de los niños que juegan en la calle, la historia de los Sordina visibilizados por los ojos de una escritora que mira a su alrededor desde su sentir y  sus convicciones más profundas,  ponen en evidencia lo sucedido en nuestro país y nos interpela.

La transgresión propia de la autora y que atraviesa toda la obra también se manifiesta en el desarrollo narrativo que está conformado por las historias que reflejan la vida y las acciones de los personajes, unidas por un hilo en común del cual emergen y se intercalan poemas y canciones como, por ejemplo, “El dominó” o la “Canción del mate de leche” u otros relatos como la “Antigua historia de amor del hombre que esperó cien días” o “El huevo y la gallina” en el que Sidonia escribe el cuento del huevo pintado y comienza a preguntarse si primero fue el cuento o el huevo o la gallina.

Desde una mirada hondamente poética, con cálidas pinceladas de ternura y algunas de nostalgia, Laura nos cuenta las historias escritas con la tinta de la vida. Los recuerdos de infancia más queridos y de su Reconquista natal llegan hasta nosotros como otro torrente de sangre que nos atraviesa, nos conmueve y nos convoca a seguir girando el ovillo.

 

Alejandra Moglia

Espacio LIJ La Nube

 

[i]  Devetach, Laura. “Vida, arte y cuentos”. Conferencia de apertura de las Jornadas Internacionales de LIJ 2014 organizadas por Claudio Ledesma y el Círculo de Cuentacuentos. Ver: https://lamemoriayelsol.wordpress.com/2014/05/26/se-realizaron-las-jornadas-internacionales-de-lij-en-buenos-aires/

Reseña de «La loma del hombre flaco», de Laura Devetach con ilustraciones de Jorge Cuello – Alfaguara

La loma del hombre flaco, un canto a las mujeres de agujas tomar  hilvanadas con hebras de libertad

Laura Devetach

Ilustraciones de Jorge Cuello

Alfaguara Infantil

2005

Muchas y diversas son las mujeres que aparecen en la literatura infantil. Muchas son las que realizan tareas históricamente destinadas a las mujeres. Una gran parte de ellas son tejedoras o costureras;  muchas son también las que socavan a las tentaciones de un hombre. Pocas son las que se rebelan y eligen decir “no” a las innumerables ofrecimientos que se les presentan a cambio de felicidad, Una, por nombrar a alguna de ellas,  es la tejedora de Marina Colasanti, quien luego de tejer sin descanso y a pedido de un hombre, incluso luego de haberlo tejido a él, un día decide que tirará de la puntita del ovillo para deshacer todo eso que la oprimía. La otra, que  se acerca bastante a esa tejedora de Colasanti no solo por el tipo de ideales que representa sino por la manera en que opta por el camino de la libertad,  es María María María, también llamada Marí, que es como ella elige ser nombrada.

Marí es una joven costurera, hija y nieta de costureras, que vive en un pequeño pueblo; cuando es pequeña sus padres mueren y entonces Marí es criada por “una abuela entre palabras de yuyos y de agujas”. Luego de la muerte de su abuela, la joven retoma el hilo de la costura y con el tiempo resulta ser mucho más rápida que sus ancestros en ese oficio.

Cierto día, en ese ámbito pueblerino, sorprende a Marí la llegada de un joven de origen italiano llamado Luigi Bevilacqua  quien  “había pasado aquella vieja guerra del 14 cuando tenía diez años y que podía inventar hasta las tuercas” y quien, además, se enamora de la joven.

Con la aparición de este personaje  aparece también un primer indicio de “ruptura” en cuanto a los lugares y roles tradicionales que  deben ocupar los hombres y mujeres en la literatura para niños:  Luigi, quien se fue quedando en el pueblo un poco por no encontrar tuercas para su auto que se había estancado a la vera del camino y otro poco “porque los ojos de María María María lo marearon”,  cierto día decide pedirle a la joven que le achique un pantalón y ella, bajo su principio de “no hay que regalar pescado,  sino ayudar a pescar”, consigue que el joven se siente en una máquina de coser y aprenda el oficio. Luego de un tiempo se enamoran. Hasta ahí, uno -el lector-  puede pensar que se trata de un dato “pintoresco” que hace posible el avance de una bella y tierna historia de amor y que, por lo tanto, todo parecería respetar el devenir tradicional de un cuento infantil sin demasiadas complicaciones y con final feliz..

Sin embargo, de pronto,  ocurre un hecho que permitirá poner de manifiesto cierta manera de proceder de la protagonista y que  replanteará también la cuestión en relación con  los tópicos que deben abordarse dentro de la LIJ.  Al  pequeño pueblo en el que vive Marí llega un viajante forastero que comienza a acosar a la joven para que ella le entregue “cierta aguja enhebrada con cierta hebra infinita”.

Con la aparición de este señor,  y ante las innumerables propuestas que podrían tentar a cualquier joven inocente, Marí decide enfrentársele y opta por el camino que la conduce a la lucha de su dignidad. y que hará posible, entonces, confirmar que la literatura de Laura Devetach no es sólo una suma de historias bonitas y tranquilizadoras sino una inquietante poética que traspasa los límites del terreno de la LIJ para transformarse en una poética de la liberación.

Porque, claro, los personajes de Laura Devetach no respetan los lugares comunes de la literatura infantil y esto es, justamente, lo que la hace única. María María María es una mujer que lucha por sus derechos y a partir de quien es posible pensar  la presencia, dentro del campo de la LIJ, de problemáticas tan complejas como  las vinculadas con  la violencia de género. La novela reproduce de manera acertada lo que ocurre en determinadas situaciones en las que la sociedad se vuelve cómplice del victimario y calla hablando por lo bajo.

El chisme ocupa un rol central, puesto que es a partir de habladurías que este señor comienza a insistir a Marí para que ella le entregue la hebra infinita. De este modo el pueblo actúa, a modo de coro griego,  casi como un personaje más que opina y comenta desde la marginalidad, desde el chisme, volviéndose  cómplice del hombre flaco que ya a esta altura, se sabe, es el diablo. Marí se diferencia del resto del pueblo por su manera de proceder: ella no participa de los chismes,  no espía por la ventana la vida de los demás; ella toma decisiones y actúa. 

Es así como finalmente, rebelándose y organizando al resto de las mujeres que, al parecer son sus alumnas no sólo en la costura sino en la vida, María María María halla la  manera de reivindicarse como mujer libre, y una tarde en la que el viento “hizo revolotear los pequeños hilos que sobraron de las agujas de Marí” y en la que “más de un pájaro con sueño recogió alguno para reforzar su nido”  decide enfrentarse sin miedos al hombre diablo, en ese pueblo por el que también pasó un poeta llamado Juan (que no es otro que nuestro querido Juan Gelman) quien escribió un poema para atar el último hilo de la historia.

María, María María es una mujer que lucha  y eso vuelve a esta novela un canto a las mujeres de armas tomar y hace de la literatura infantil un lugar de resistencia.

Alma Rodríguez

Espacio LIJ La Nube

Reseña de «Todo cabe en un jarrito», de Laura Devetach e ilustraciones de Mariana Ruiz Johnson – Ed. SM

Laura Devetach

Ilustraciones de Mariana Ruiz Johnson

SM

(Primeros lectores)

2012

 

El libro reúne dos cuentos orientados a primeros lectores. El primero de los textos, que da título al libro, nos transporta a un viaje fantástico dentro de un jarrito. ¿Todo cabe en un jarrito? En el amplio margen de posibilidades que brinda la literatura fantástica, esto es posible. Conocemos a la Viejita de un solo diente: así es presentada la protagonista por el narrador. Ubicada en un contexto de  escasez económica a orillas del río Paraná su vida transcurre con humildad y gesto solidario hacia el mundo que la rodea.

“Su rancho era de barro y el techo de paja tenía un flequillo largo que apenas si dejaba ver la puerta y las dos ventanas del tamaño de un cuaderno.”

Vive sola pero la puerta abierta de su casa permite que muchos vengan a visitarla y le brinden afecto y compañía con la ternura del mate que convoca intimidad y confianza.

Algunas veces sucedió que en las tardecitas calientes se juntaban todos: perros, gatos, loros, chicharras, vecinos de a pie o a caballo, vaquitas de San Antonio que se dormían en la higuera y malones de mosquitos que cantaban y querían comer.”

La palabra todos establece una igualdad entre personas y animales que ocupan en el enunciado espacios que construyen un escenario mágico que precede y orienta al lector en los acontecimientos mágicos que están por suceder. Llega la inundación, la vida de todos corre peligro y el rancho de la Viejita de un solo diente, se presenta como refugio seguro.

“Y así fueron llegando el pavo, el chancho, la chancha y los chanchitos, un tatú mulita, dos ovejas y todos los socios más chicos: pulgas, piojos y garrapatas.”

Y aquí aparece el jarrito de mate cocido como nave salvadora en la que podrán ocupar un lugar los refugiados, a pesar de tratarse justamente de un envase muy pequeño. Es una nueva arca de Noé y allí reunidos encontrarán las lanchas que realizan salvatajes cuando las aguas enloquecen y todo lo invaden.

Lo fantástico cargado de poesía nos transporta, nos incluye como lectores, y nos vuelve más humanos porque la salvación solamente es posible en la reunión, que quiebra la amenaza y muestra cada vez la voz de una viejita que nos recuerda…

-“Todo cabe en un jarrito si se sabe acomodar.”

“La fiesta del Chtzzzz

El segundo cuento del libro rinde homenaje a las fiestas puebleras, a esos bailes y cantos que siguen naciendo lejos de las grandes urbes, cerca del hombre y la mujer, que con amor fabrican sus sueños, sus alegrías para ellos, para sus hijos.

El texto se presenta con el enunciado de los cuentos tradicionales:

“Hace muchos, muchos años en un lugar lejano, se celebraba la gran fiesta del Chtzzzzzzz.

El festejo se organizaba lejos del pueblo, en una llanura amarilla y verde, del otro lado de la montaña.”

Los organizadores deben ir y venir para obtener todo lo que  necesitan para la fiesta: ramas, fósforos para encender el fuego, piedras que servirán para que cada cual se siente alrededor de la fogata. Y también convocan historias para contarse. Cuando la fiesta cuentera termine, cargarán agua, apagarán el fuego, volverán a sus hogares.

La repetición del verbo caminar, como fórmula mágica, otorga movimiento a todo el relato y se hacen visibles los actores del festejo en su labor de reunir todo lo imprescindible para el encuentro.

“Camina que caminarás dejaron sus cocinas abrigadas, cruzaron el bosque, la montaña, el río y el precipicio.”

“Camina que caminarás, cruzaron el precipicio, el río, la montaña y pararon en el bosque para juntar ramas secas”

De esta manera el relato se va transformando en una alegoría de la historia de la humanidad, de un pasado que se recrea en el presente de quienes conservan la costumbre de la reunión cuentera. Imaginamos reuniones así desde hace miles de años, y allí, alrededor del fuego, el milagro de la literatura, como una necesidad humana de contar y de escuchar.

El narrador se incluye en el cuento y lo vuelve colectivo, lo transforma en sueño y en poesía:

Yo crucé la ciudad y casi todo el mundo y llevé la historia para contar alrededor del fuego.”

Ese “yo” poético es el lugar del escritor, también del narrador, del que va y viene con ramas y fósforos para prender la hoguera y darle sentido a la existencia.

Lidia Blanco. Investigadora y crítica literaria

Coordinadora del Espacio LIJ La Nube.

Reseña de -«Cuento escondido», de Laura Devetach (texto) y O´Kif (ilustraciones) – Ed. SM

Cuando la puerta se abre a otras realidades posibles

Reseña de Cuento escondido

Laura Devetach

Ilustraciones de O´Kif

SM

2007

(El barco de vapor, Los piratas)

ISBN 978-987-573-120-2

 

 

(…) Pero eso sí, primero hay que abrir la puerta para ir a jugar.

Gustavo Roldán, El lugar de los cuentos[1]

 

Texto poético especialmente atravesado por la impronta de lo fantástico y en el cual se manifiesta en toda su dimensión la poética de Laura Devetach que revela su visión del mundo y de la infancia.

Un paratexto nos dice a quién está dedicado este libro: “Encontré este cuento debajo de las pestañas de Marianita”. En la hoja siguiente se inicia el poema con la fórmula tradicional de apertura de los cuentos: “Había una vez”.

“Había una vez un cuento tan chiquito

que podía esconderse debajo de una pestaña.”

 Transgresora por excelencia, a partir de un hecho común en la vida de los más chicos como es el llanto, la autora abre todas las puertas de la imaginación  invitando a los pequeños lectores a jugar: el cuento escondido se hace poema y la vida se transforma en una explosión de sonidos e imágenes. Interrelación entre el mundo real y el imaginario, intertextualidades con su propia obra, la importancia de las historias pequeñas y la ruptura contra el orden hegemónico se despliegan en este libro por el que navegan barcos que llevan marineros, bailarinas, mandarinas, tragafuegos y todo un universo que deslumbra y se vuelve extraordinario.

La estructura del poema se fundamenta en la enumeración encadenada y acumulativa de sustantivos y, también, algunos adjetivos que dan rienda suelta al sinsentido, al disparate, a la ternura, a una multiplicidad de lecturas y de historias mínimas que navegan libremente por el mar de la  imaginación.

Según la editorial, el libro está recomendado para empezar a leer y por ello la tipografía se presenta en imprenta mayúscula. Esta recomendación se amplía a niños más pequeños quienes tienen una estrecha vinculación con los objetos en la exploración del mundo que se presenta ante ellos inconmensurable. La autora plantea una combinación de palabras conocidas por los chicos y otras no tanto que evocan un sinfín de imágenes y sonoridades poéticas que transgreden cualquier orden de lo real, convocándolos a la experiencia estética del lenguaje, al descubrimiento de la literatura, a la curiosidad y la ampliación de la capacidad de asombro. Por otra parte, genera una ruptura total con el discurso monocorde y esperable que abunda en muchos libros destinados a los pequeños lectores en los cuales, aún hoy en día, impera la bajada pedagógica y moralizante. En Cuento escondido, la multiplicidad de sentidos que se dispara en su lectura da la bienvenida a lo inesperado en un espacio lúdico-poético en total libertad.

Merece un comentario especial el trabajo realizado por O´Kif que está sinfónicamente integrado al texto de Laura Devetach al igual que el diseño editorial: sonidos y colores se fusionan invitando a los chicos a descubrir los caminos más diversos del imaginario. Las ilustraciones sugieren y amplían los sentidos incluso en las páginas en las que no hay texto.

Quienes hayan leído otros libros de la autora observarán la feliz recurrencia a referirse a los lugares muy pequeños en los que se guarda –o de los que aflora- un reservorio de tesoros innumerables y misterios desconocidos. Vale mencionar, por ejemplo, “La plaza del piolín” en el cual una niña lleva en su bolsillo un ovillo con las calles de su pueblo o “Todo cabe en un jarrito” en el cual su protagonista dice “todo cabe en un jarrito si se sabe acomodar”.

Así como el texto se inicia con el tradicional Había una vez, su final también se plantea como una fórmula de cierre:

«Porque este cuento está acabando de acabar,

con su mar,

con sus barcos,

con su sal».

Todos los miedos y los dolores más grandes pueden habitar el alma y las lágrimas de un niño y toda la desmesura y la diversidad del mundo pueden esconderse en un cuento chiquito, pueden caber en un jarrito, en un bolsillo o en “una caja llena de”. El poema narrativo llegó a su fin pero Laura nos ha cobijado con su ternura y su poesía, nos ha sostenido en la palabra y ha abierto las puertas a la experiencia literaria en libertad, esa que felizmente no acaba nunca de acabar si de chiquitos nos dan la oportunidad de leer a autoras como ella.

Alejandra Moglia

Espacio LIJ La Nube

[i] Roldán, Gustavo. Para encontrar un tigre: la aventura de leer. Córdoba : Comunicarte, 2011, p. 29

Colección «Tal para cual» – Ed. Colihue

Ayer pasé por La Nube y… 💙

Muchos sabrán que en marzo del año pasado se inauguró la exposición Tal para cual: libros y obras de Ayax Barnes y Beatriz Doumerc en el Museo del Libro y de la Lengua. Allí tuvimos la oportunidad de disfrutar de las creaciones maravillosas, tan innovadoras como comprometidas, de estos autores inigualables que se convirtieron en referentes de la LIJ argentina, y recuperar no sólo su obra cultural sino también la memoria histórica de toda una época en nuestro país. Asimismo, quienes asistimos a la inauguración pudimos escuchar las palabras de Gabriel Barnes, Pablo MedinaHoracio González y María Pía López. (Reseña, audio y fotos: AQUÍ / Videos: AQUÍ).

El proceso de recuperación de su obra cumplió otro paso importante en diciembre cuando la editorial Colihue presentó la colección Tal para cual en La Nube Infancia y Cultura con la participación y exposición de Gabriel Barnes, Pablo Medina y Flavia Krause, y la coordinación de Susana Itzcovich

Cada libro de la colección contiene una sinopsis y el siguiente texto:

«Por su calidad y originalidad, la obra de Ayax Barnes, ilustrador, y Beatriz Doumerc, escritora, es considerada una de las más importantes de la literatura infantil de América Latina. En sus trabajos, merecedores de importantes galardones, vive una imaginación que devino estilo y que los convirtió en importantes referentes.

Sus palabras e imágenes, inconfundibles, habitan en colecciones míticas, como los Cuentos de Polidoro o del Chiribitil. El pueblo que no quería ser gris, Aserrín, aserrán, Cómo se hacen los niños, Cuando todo pasa volando, Daniel y los reyes, y Las cosas de la familia Claroscuro son algunas de sus obras más reconocidas. 

La censura prohibió algunos de sus libros y ellos, pareja tanto en la creación como en la vida, se vieron obligados a dejar la Argentina. Pero en otros países siguieron trabajando en esa obra única que mantiene una extraordinaria vigencia y frescura. Siempre juntos, Tal para cual

Encuentro Anual Libros y Maestros 2016

Los que deseen inscribirse para participar del Encuentro Anual Libros y Maestros 2016 pueden hacerlo siguiendo el presente enlace: http://bit.ly/21S2IHO.

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FUENTE

Libros que cuentan. Libros infantiles y juveniles de Penguin Random House.

Presentación del libro «La construcción del género en la literatura infantil y juvenil», de Graciela Perriconi – Lugar Editorial

Lugar Editorial invita a la presentación del libro La construcción del género en la literatura infantil y juvenil de Graciela Perriconi que se realizará el 3 de diciembre a las 19 hs. en La Nube

Participarán Susana Itzcovich, Teresita Valdettaro y Sandra Comino.

Se presentó «Libros en vuelo: literatura, infancia y sociedad» en La Nube

El jueves pasado se presentó el libro «Libros en vuelo: literatura, infancia y sociedad» en La Nube, libro que ha sido compilado por Lidia Blanco y editado por Comunicarte en su colección Pedagogía y didáctica.

La presentación estuvo a cargo de Pablo Medina -director de La Nube-, Karina Fraccarolli -editora-,  Lidia Blanco -compiladora y autora de uno de los ensayos- y las autoras María Jesús Bóveda, María Julia Cittá, Silvia Martínez Carranza de Delucchi, Viviana P. Keegan, Alma Rodríguez y Laura Slutsky.

Libros en vuelo es el resultado de más de dos años de trabajo de cada una de las autoras en Espacio LIJ La Nube, grupo de investigación sobre literatura infantil y juvenil coordinado por Lidia Blanco y que cuenta con la consultoría general y el asesoramiento bibliográfico de Pablo Medina y todo el apoyo de la organización que él dirige: La Nube.

Las temáticas investigadas en esta obra son diversas, abordándose diversas problemáticas en torno a la LIJ: la poesía, el fantasy latinoamericano, el vínculo entre literatura e historia, el teatro para niños, la representación femenina en la LIJ argentina, las colecciones del CEAL y la marginalidad en la LIJ. Es así como siguiendo el orden de publicación de los ensayos críticos en el libro, los lectores se encontrarán con los siguientes:

Poesía infantil. Tres lecturas para el sostén del mediador, de Silvia Martínez Carranza de Delucchi. La autora explora la temática de la poesía infantil a partir de un marco teórico para puntualizar en la obra poética de Oche Califa, Laura Devetach y María Cristina Ramos, proponiendo el compromiso del narrador en la transmisión del texto poético.

El rumbo de la aventura: un camino hacia el cambio, de María Jesús BóvedaEl ensayo analiza el género fantástico presente en la saga Historia de los cuatro rumbos de la escritora Márgara Averbach. El abordaje se ha hecho en base a dos ejes centrales: el sentido de la aventura como mediación hacia un objetivo a lograr y el lugar de la adolescencia como período de tránsito y viaje hacia otra etapa de la vida.

Antonio Skármeta. Literatura y compromiso social en la historia reciente de Chile, de Julia CittáLa autora analiza el vínculo particular entre la literatura y los hechos históricos. Para llevar adelante su abordaje, ha seleccionado las siguientes obras de Skármeta: La composición, No pasó nada y Los días del Arcoiris en las que destaca el compromiso social por parte del escritor.

El teatro de Hugo Midón: su legado a través de miles de narices, de Laura Slutsky. En este ensayo, su autora analiza la significación del género dramático para adentrarse, también a modo de homenaje, en la obra de Hugo Midón, muy especialmente en sus textos La vuelta manzana, Narices, Vivitos y coleando y Derechos torcidos.

Apuntes sobre algunas representaciones femeninas en la literatura infantil argentina (1900-1950), de Viviana Keegan. La autora explora el rol de la mujer y los mandatos sociales en el período señalado a partir de la obra Lecturas para la niña que se hace mujer (1953) de Germán Berdiales. Keegan recorre el camino hacia atrás en el tiempo para encontrar la línea conservadora y religiosa sustentada por el autor mencionado en contraposición con otras miradas sociales y culturales en las que la mujer tiene una participación activa.

Las colecciones infantiles del CEAL: la utopía a la vuelta de la esquina, de Alma Rodríguez. A partir de reflexiones teóricas sobre la significación de la literatura para niños y jóvenes, la autora llega al Centro Editor de América Latina para focalizar su análisis en las colecciones Cuentos de Polidoro y Cuentos del Chiribitil que inauguraron una nueva dimensión estética e ideológica en la LIJ.

Narrativas al borde del camino, de Lidia Blanco. El ensayo recorre una serie de obras que abordan la pobreza y la marginalidad y que visibilizan las desigualdades e injusticias de la sociedad contemporánea. Sus personajes son seres que deben hacerle frente a las situaciones límites por lo que deben buscar alternativas que les ayuden a resolver los conflictos.

La tapa del libro ha sido ilustrada por Claudia Legnazzi.

Volviendo a la presentación del jueves pasado, fue un placer estar presente compartiendo ese momento con mis compañeras y más allá del cariño que les tengo a cada una, quiero decir que lo que emanó de cada uno de los presentadores fue espontaneidad, frescura, convicción, compromiso, pasión por la LIJ, sensibilidad y un gran sentido del humor. Además de hacer referencia a las temáticas investigadas, las autoras agradecieron la colaboración y las devoluciones que les ofrecieron algunas personas como, por ejemplo, Carlos Gianni, Judith Gociol y Antonio Skármeta.

Los que asistimos al encuentro tuvimos la oportunidad de disfrutar y emocionarnos con dos textos narrados de manera impecable: uno al inicio de la presentación en la voz de Karina Fraccarolli quien narró El árbol de Lilas, de María Teresa Andruetto, y otro al finalizar la misma a cargo de Betty Ferkel quien narró Un amigo para siempre de Marina Colasanti.

A pesar de la lluvia, La Nube estuvo colmada de público y entre los presentes estuvieron Laura Devetach, Alicia Salvi, Claudia Sánchez, Esteban Valentino y representantes de la Editorial Comunicarte.

Al finalizar la presentación se ofreció un brindis.

Como ya he mencionado, Espacio LIJ La Nube es un grupo creado por Lidia Blanco quien convocó en un principio a las autoras que se mencionan en este post: María Jesús Bóveda, Julia Cittá, Viviana Keegan, Silvia Martínez Carranza de Delucchi, Alma Rodríguez y Laura Slutsky. Luego de aproximadamente dos años de trabajo -que dio por resultado el presente libro- Lidia convocó a otras dos personas para formar parte del mismo: Lorraine Sly y quien escribe este post, conformando un grupo multidisciplinario en torno a la LIJ.–A.M.

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